domingo, 22 de marzo de 2009

La Seu magnifica al Sol en el día de su ´nacimiento´

La Seu magnifica al Sol en el día de su ´nacimiento´

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El efecto, diez minutos, se repetirá éstos días. De lejos parece que la Seu arde por dentro. Fotos: Lorenzo.
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Las primeras luces del solsticio de invierno se colaron ayer por el rosetón mayor de la Catedral. Efecto único, los rayos confluyen casi exactos con la vidriera de Ponent

CARLES MULET. PALMA. Ocho de la mañana, Baluard de Sant Pere. Centenar de personas reunidas, convocadas por la Societat Balear de Matemàtiques SBM-SEIX. Compartían sueño, algo de frío. Y las ganas de recibir, con una jornada de antelación, al solsticio de invierno, el día más corto del año para los habitantes que pueblan el Hemisferio Norte.
Se dice que "el Sol nace" el 21 de diciembre, para crecer en horas hasta el 21 de junio; una creencia pagana, adaptada por los cristianos en forma de Niño Jesús. Estos días, la orientación de la Seu coincide "casi exacta" con el lugar por donde brota el astro Rey. Consecuencia, durante cerca de diez minutos los rayos se cuelan por su rosetón mayor para confluir con la vidriera de Ponent, que brilla en rojo y naranja para el espectador que observa con óptima perspectiva.
"Es un efecto distinto a los conocidos como de la Candelera y de Sant Martí", matizaba ayer Daniel Ruiz, de la matemática sociedad. Los días 2 de febrero y 11 de noviembre la luz que entra por el rosetón mayor "toca en un punto" el ventanal opuesto. A finales de diciembre la coincidencia es "prácticamente" total.
Mirador privilegiado para la causa, el Baluard de Sant Pere fue localizado el año pasado por la Societat, que entonces tuvo que asumir con impotencia que el día arrancara gris. También probaron a otear desde la calle Apuntadors o la iglesia de Santa Creu, que no dejan ver tanto como la terraza que cobija el Bou de Calatrava. Ayer, ni una nube que menguara el fenómeno. Ni siquiera pudo enturbiarlo el plástico blanco que ahora tapa el maltrecho rosetón de la Catedral; una "preocupación" que los matemáticos ya tenían descartada, pues ya el pasado día 2 andaban haciendo probaturas.
"Deberían hacer una ley que prohibiera las antenas parabólicas", bromearon algunos, mientras se desplazaban unos metros para sortear el obstáculo visual. "Al fin veré la capilla de Barceló", sumó otro, que más tarde tenía pensado acompañar a los miembros de la Societat hasta la Seu, para escuchar in situ sus explicaciones matemáticas relacionadas con el edificio. "Ya sale, ya sale", anunciaron primero los más audaces.
Aplausos. El exitoso llamamiento terminó con espontánea y contenida algarabía. Todos contentos por ver al Sol nacer.

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